Personal Trainer

21,037 vistas· 04/11/24
INKA

⁣⁣Marta y Alejandro llevaban años casados, pero últimamente los celos de él habían creado una distancia difícil de ignorar. Alejandro solía controlarla de manera evidente, preguntándole a dónde iba y con quién estaba en todo momento. Marta, cansada de las constantes dudas y peleas, decidió concentrarse en algo para sí misma y contrató a un entrenador personal para ponerse en forma. Alejandro no estaba del todo de acuerdo con la idea, pero no pudo evitarlo cuando el entrenador, Gabriel, empezó a visitarla en casa para las sesiones.

Desde la primera clase, Marta notó la seguridad y cercanía de Gabriel. Era amable, siempre con una sonrisa y palabras de aliento, pero también profesional en su trato. Sin embargo, a medida que las sesiones avanzaban, la tensión entre ellos se volvía más evidente. El contacto físico, aunque justificado por los ejercicios, parecía durar un poco más de lo necesario. Mientras Alejandro estaba en la sala, las sesiones con Gabriel se convertían en el único momento en que Marta sentía una conexión distinta, que iba más allá del entrenamiento.

Un día, después de una sesión particularmente intensa, Marta se encontró respirando agitada, pero no solo por el ejercicio. Gabriel la ayudó a estirarse, y cuando sus manos se posaron en su cintura baja no pudieron evitar sentir un enorme deseo, sin preguntar demasiado Gabriel la despojó de los apretados leggins y se dispuso a besarla en su ya mojada intimidad, la tensión que habían estado acumulando se hizo innegable. Ahora ella se encontraba recibiendo las firmes embestidas del miembro de Gabriel, algo que Marta nunca imaginó estar enfrentando.

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